domingo, 22 de octubre de 2017

De jugadora a jugadora


Es fácil escribir sobre la victoria.  Cualquiera puede redactar una nota con el título bien en grande y en mayúsculas que diga “¡campeonas!” , después ponerle una foto de las jugadoras con la copa, y para terminar agregarle alguna que otra pregunta sobre las sensaciones, a quién se lo dedican, etc. Fácil, ¿viste?

Si bien es difícil escribir sobre una derrota, mucho más difícil es cuando se debe escribir acerca de una derrota de la cual uno no se sabe muy bien cómo sucedió.  

Como es difícil, empezas a repasar una y otra vez el partido del viernes. No solo las jugadas. Aunque también, pero no solamente las jugadas. Repasas lo que pensaste, lo que sentiste. Repasas hasta los cantitos de la hinchada y del telón que llevaron. Seguís repasando con bronca y te acordas de los goles (o si no te los acordas los miras por instagram) sin otro sentido más que hacerte daño. Proyectas hasta los penales una y otra vez, como si en alguna de esas repeticiones Guada la fuese a atajar. Pero no, no te vas a mentir, no te vas a engañar porque vos sabes que el partido ya terminó.

Y puede ser que hoy todavía estés triste, o con un poco de bronca, porque ganabas dos a cero, porque te llevabas la copa, porque te hacían las notas a vos, porque la foto se la sacaban a tu equipo, porque te abrazabas feliz con tu familia que te había ido a ver y agradecías que al fin se te había dado. Pero no. Terminó el partido y aunque te querías ir rápido, tuviste que ir obligatoriamente al vestuario a buscar tus cosas. No le hubiese recomendado a nadie entrar a ese vestuario porque aunque uno se obligaba a no pensar, a no sentir, a no ver, uno podía escuchar. Escuchaste a Silvi llorando (¿cómo uno le explica que no se ponga mal, que con el futuro que tiene va a ganar muchísimas cosas en su vida?). También escuchaste a la China llorando (que lindo hubiese sido para ella volver a jugar y salir campeona ¿no?). A la Zurda la escuchaste llorando aunque no lloró (¿cómo uno le pide por favor que no se vaya nunca, que por favor no se canse?) y aunque no querías también la escuchaste a Barbi  (¿qué le puede decir uno a Barbi?)

No te vas a olvidar que vos y yo escuchamos a todo Barracas llorar, una vez más. Otro llanto, uno distinto. Uno que se preguntaba por qué mierda no nos tocaba a nosotras salir campeonas.

Así que Sportivo hoy te escribo solamente para pedirte una cosa, yo sé que siempre te pido algo, pero te pido una más, por favor una sola: no dejes de trabajar y de creer porque los que dejan de hacer eso no solo que pierden finales, sino que ni siquiera las juegan. 

Te pido que como los nenes que se caen, lloran, se limpian los mocos con las mangas del buzo, se sacuden la tierra de las rodillas y vuelven a jugar, nosotras también volvamos a jugar. Sé que cuesta, sé que quizás no haya ganas pero nos quedan los play off. Nos queda el sueño de clasificar a una Libertadores.

Queda un sueño y cuando queda un sueño, queda un montón.

Nos vemos el martes.

Con cariño:

Julia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario